jueves, 20 de mayo de 2021

 



Adviento.


El Tiempo de Adviento se caracteriza por inaugurar el año litúrgico, “en él la Iglesia marca el curso del tiempo con la celebración de los principales acontecimientos de la vida de Jesús y de la historia de la salvación” (Papa Francisco, Ángelus 29-XI-2020).


Adviento, como casi todo el mundo sabe, es una palabra latina que significa venida o llegada. El término “ADVIENTO” en el sentido cristiano, se refiere a la venida de Cristo y con esto, la inauguración de los tiempos mesiánicos, es un tiempo de espera de preparación, para recibir a Jesús.


Su duración es de unas 4 semanas y siempre tiene 4 domingos. Siempre comienza el domingo que cae más cercano al 30 de noviembre (si cae ese día, en ese día comienza el Adviento). Termina la tarde del 24 de diciembre.


1.-En sentido litúrgico: es la unión del pasado (venida histórica) con el presente (venida litúrgica), proyectado hacia el futuro (venida escatológica).


  • Venida Histórica: Dios manifiesta su amor a su pueblo enviándole a su propio Hijo Jesucristo.

  • Venida Litúrgica: No es simplemente recuerdo, sino que más bien es participar de su nacimiento,  sentirlo y verlo que nace en la fe del cristiano.

  • Venida Escatológica: (2da. Venida) somos un pueblo peregrino y Caminamos al encuentro con el Señor Jesús.


La clave para entender el Adviento cristiano y vivirlo en sintonía con las esperanzas de la Iglesia primitiva nos la ofrece una palabra breve y densa en su significado; una palabra que resume la espiritualidad del Adviento y su misma oración litúrgica; Una palabra que hace de puente entre el ayer y el hoy, y nos proyecta hacia el futuro. Es la palabra "Maranatha".


Los días que van del 17 al 24 de diciembre tienen una importancia mayor a las demás ferias del Tiempo del Adviento, llamadas por lo tanto ferias mayores. Estos días están marcadas por las siete antífonas en el Magníficat de Vísperas, que describen la personalidad del Esperado, en quien se cumple la esperanza de Israel y de toda la humanidad: haciendo suyas una vez más las imágenes bíblicas, estas antífonas enumeran los títulos divinos del Verbo Encarnado, y su insistente “Ven” expresa toda la esperanza de la Iglesia.


2.-Notas Litúrgicas:


a) Supresión del canto: Gloria, con el fin de que resuene, con toda su novedad y esplendor, en la Noche de Navidad. Solo se canta en la Fiesta de san Andrés Apóstol (30 noviembre) Solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 diciembre), san Juan Diego (9 de diciembre), Virgen de Guadalupe (12 diciembre).

b) Tener en cuenta la temática de las lecturas.

c) En este tiempo se recomienda que los cantos tengan un sentido de espera. En ellos se debe reflejar el ardiente deseo de la venida del Señor.

d) Valorar el sentido Mariano, con las fiestas a la Virgen María dentro de este tiempo de Adviento. Las celebraciones de Adviento pueden terminar con un canto a la Virgen: La Virgen sueña caminos; Virgen nazarena; Gracias, Madre; Madre nuestra; Estrella y camino; Hija de Sión, etc…

e) Color del Adviento, es el Morado.

f) La corona de Adviento está cada vez más arraigada entre nosotros. Es uno de los signos expresivos de este tiempo en el que la luz va creciendo a medida que se va acercando la Navidad. El canto de la corona está pensado para que se vayan sucediendo las estrofas en los distintos domingos mientras se encienden los nuevos cirios. Se puede seleccionar un canto que tenga cuatro estrofas de modo que cada semana se vaya añadiendo una al canto acompañando el encendido progresivo de las velas.

El Adviento es un tiempo de preparación e impulso para el encuentro con Cristo. “Nuestro caminar hacia Belén tiene que ser un buscar a Jesús en todas las dimensiones de nuestra vida ordinaria. Pero para eso hay que “enderezar sus sendas”. ¿Qué significa “enderezar sus sendas”? Significa, para nosotros, quitar obstáculos a la venida del Señor a nosotros, a nuestras almas, a nuestra vida”.